Aprobado por la Sociedad de Aprobar Cosas del Gran Desbarajuste.

Estos puercoespines mágicos son muy difíciles de encontrar, así que pon atención y acompaña a nuestros intrépidos héroes: Bomba Apestosa y Cara de Cátsup.

Ilustrado por David Tazzyman.

¡Hey, tú, allá atrás! ¡Sí, tú! Deja de payasear y muévete. Como sabrás, algunos aquí tenemos que embarcarnos en una misión.

Podría tomarnos unas 192 páginas terminar nuestra descomunal expedición, pero estoy seguro de que estaremos de vuelta a tiempo para la hora de la cena, porque vamos a estar muriéndonos de hambre para entonces.

Eh, ¿tampoco nos mencionan esta vez? Después de todo, nosotros también estamos arriesgando el pellejo y la cola en la misión...

*Es lo que pasa cuando usas una trampa para ratones como separador de libros.

Amb motiu del 40 aniversari de l'arribada de l'home a la lluna, Lumen visita el món llunàtic.

Al final de la Segona Guerra Mundial (1945) les dues potències més poderoses de l'època, l'URSS i els EEUU, iniciaren el que s'anomenà la Guerra Freda. Una de les disputes més espectaculars fou la carrera de l'espai. Tant els comunistes com els capitalistes volien conquerir l'espai exterior, o si més no que ho semblés. L'URSS anava per davant amb els seus proyectes Sputnik, però els EEUU aconseguiren guanyar la partida més important: que un home trepitgés la Lluna.

El 20 de juliol de 1969, a les 10:56 PM, Neil Amstrong posà un peu a la Lluna i davant una audiència televisiva de 600 milions de persones, sentencià: «Aquest és un petit pas per a l'home, però un salt gegantesc per a la Humanitat». Des d'aleshores, són moltes les veus que han dubtat de la proesa exposant una sèrie d'anomalies que surten a les imatges que es feren: ombres estranyes, reflexos, un firmament sense estrelles, un allunatge que no aixeca pols...

Els autors d'aquest llibre han investigat el cas i han aconseguit parlar amb alguns testimonis (vinguts des del més recòndit de la seva imaginació) que podran oferir una mica de llum sobre tants enigmes... o no. Perquè, per molt que la Lluna giri, sempre manté una cara oculta. I, en aquest cas, resulta divertida, sorprenent i rigorosament incerta.

Con motivo del aniversario de la llegada del hombre a la luna, Lumen visita el mundo lunático.

Al término de la Segunda Guerra Mundial (1945) las dos potencias más poderosas de la época, la URSS y los EEUU, iniciaron lo que se denominó la Guerra Fría. Una de las disputas más espectaculares fue la carrera del espacio. Tanto los comunistas como los capitalistas querían conquistar el espacio exterior, o que lo pareciese. La URSS iba por delante con sus proyectos Sputnik, pero los EEUU consiguieron ganar la partida más importante: que un hombre pisase la Luna.

El 20 de julio del 1969, a les 10:56 PM, Neil Amstrong puso un pie en la Luna y ante una audiencia televisiva de 600 millones de personas, sentenció: «Este es un pequeño paso para el hombre, pero un salto gigantesco para la Humanidad». Desde entonces, son muchas las voces que han dudado de la proeza exponiendo una serie de anomalías que aparecen en las imágenes que se tomaron: extrañas sombras, reflejos, un firmamento sin estrellas, un alunizaje que no levanto polvo...

Los autores de este libro han investigado el caso y han conseguido hablar con algunos testimonios (llegados desde lo más recóndito de su imaginación) que podrán ofrecer algo de luz sobre tantos enigmas... o no. Porqué por mucho que la Luna gire, siempre mantiene una cara oculta. Y, en este caso, resulta divertida, sorprendente y rigurosamente incierta.

Con motivo del aniversario de la llegada del hombre a la luna, Lumen visita el mundo lunático.

Al término de la Segunda Guerra Mundial (1945) las dos potencias más poderosas de la época, la URSS y los EEUU, iniciaron lo que se denominó la Guerra Fría. Una de las disputas más espectaculares fue la carrera del espacio. Tanto los comunistas como los capitalistas querían conquistar el espacio exterior, o que lo pareciese. La URSS iba por delante con sus proyectos Sputnik, pero los EEUU consiguieron ganar la partida más importante: que un hombre pisase la Luna.

El 20 de julio del 1969, a les 10:56 PM, Neil Amstrong puso un pie en la Luna y ante una audiencia televisiva de 600 millones de personas, sentenció: «Este es un pequeño paso para el hombre, pero un salto gigantesco para la Humanidad». Desde entonces, son muchas las voces que han dudado de la proeza exponiendo una serie de anomalías que aparecen en las imágenes que se tomaron: extrañas sombras, reflejos, un firmamento sin estrellas, un alunizaje que no levanto polvo...

Los autores de este libro han investigado el caso y han conseguido hablar con algunos testimonios (llegados desde lo más recóndito de su imaginación) que podrán ofrecer algo de luz sobre tantos enigmas... o no. Porqué por mucho que la Luna gire, siempre mantiene una cara oculta. Y, en este caso, resulta divertida, sorprendente y rigurosamente incierta.