Este libro es un testimonio de la existencia de investigación al servicio del cambio educativo. Lo han escrito psicólogos y psicólogas, educadores y educadoras comprometidos con la educación. Si bien hay buenos argumentos para demandar más productividad y calidad en lo que se investiga, también los hay para difundir los méritos del saber acumulado, lo que de buena manera ha inspirado esta publicación. Ojalá que estudiantes y profesionales se beneficien de ella. Ojalá que quienes ostentan cargos relacionados con distintos niveles de la toma de decisiones, encuentren aquí algunas luces para bien de su labor. Ojalá también que académicos y …
Texto que propone rumbos, porque hace falta una orientación visionaria que señale y descubra caminos por donde transitar, tanto para fines científicos como profesionales, especialmente cuando hay algunos senderos que podrían no ser los óptimos. Problemáticas, porque en un medio cambiante, hay demandas que no pueden esperar, como también otras más o menos advertidas que deberían desplegarse y erigirse en prioridades. Aportaciones, porque en Chile la psicología educacional ha alcanzado un nivel de desarrollo tal, que impele a los formadores de la educación superior a apropiarse de la responsabilidad de incrementar y difundir el saber acumulado.
El psicólogo Pedro Bolgeri sistematiza su experiencia acumulada, recopilando, clasificando y describiendo más de 230 técnicas, ejercicios, juegos, prácticas y dinámicas de probada eficacia, que pueden ser utilizadas en el trabajo con grupos humanos, tanto en contextos clínicos, como en espacios educativos y comunitarios. Las técnicas, descritas muy didácticamente, tienen su origen en diferentes enfoques teóricos, corrientes de pensamiento y métodos, adscritos o cercanos a la Psicología Humanistas (Terapias Corporales de Reich y Lowen, Gestalt de Perls, Psicodrama de Moreno, Grupos de Encuentro de Schutz, Ensueño Dirigido de Desoille, Terapia Experiencial de Gendlin, entre otros).
La vida de nuestros profesores es en general, un canto a la humanidad. Especialmente cuando hablamos de profesores normalistas o profesores que trabajan en el campo, en la marginalidad o la vulnerabilidad. Desde luego, los mejores profesores siempre han estado en la educación pública porque allí están los máximos desafios, las más abismales carencias y la menor retribución económica. Parece un sarcasmo, pero es así. No es posible trabajar en esos lugares y condiciones sin vocación por el otro y sin vocación por la esperanza. Los relatos que reúne este libro son conmovedores, demasiado conmovedores, como para no comprender qué …
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